domingo, 18 de diciembre de 2011

Lo que no me mata, me hace más fuerte.

Todos aparentamos algo que no somos, sin querer. Generalmente, la gente lo ve desde fuera todo muy bonito...
Y sabemos, que resulta de lo más fácil juzgar a cualquiera.
Incluso la persona con la sonrisa más grande, esconde detrás de una mirada triste miles de historias que no podemos imaginar, y podemos pensar: "Qué envidia (sana), cuanta felicidad, qué vida más plena debe de tener, no le faltará nada" sin pararnos a pensar en que puede tener problemas, como todo el mundo, a pesar de lo que parezca. Mientras una persona sonríe cara a los demás, llora en silencio. Es el mejor modo de contagiar felicidad al resto del mundo que recibe esa sonrisa y no percibe nada más. La mejor manera de evitar dar explicaciones que no entenderemos porque no sabremos sufrir ese dolor ajeno del mismo modo que ésta.
Bien, os presento mi caso. Me siento terriblemente perdida y sin recursos, con incoherencias varias y sin apenas objetivos en la vida. Siento un enorme vacío el cual no consigo satisfacer de ningún modo, nada me llena.
Y no es que sea exigente, es que la vida no me lo ha puesto muy fácil.
Debo de ser muy torpe para seguir tropezando con la misma piedra una y otra vez. Pero si algo bueno hay en mí, es que puedo levantarme sola. Y eso es algo a lo que la gente no está acostumbrada, todo el mundo depende de alguien, yo no.
¿Alguna vez habéis sentido miedo? ¿De verdad sabéis lo que es el pánico?
Ni tan solo podríais plantearos el hecho de vivir con miedo al miedo, a lo absurdo, a lo desconocido.
Con los nervios a flor de piel y temblando aunque ningún peligro te aceche.
Hoy mi voluntad se pelea con la razón.
Son ya tantos los los recuerdos combatientes, los momentos de recaída, la ansiedad constante que, a consciencia, me reta.
Caricias nuevas,y cicatrizes antiguas. No ayuda cuando los problemas crecen y de un grano de arena formas una montaña. Tengo un corazón orgulloso e ideas impacientes.
La razón en deuda, y la Ira tatuada. Estoy irritable y antisocial, es horrible sentir que el odio te corroe.
Pegar. Pegar se pega todo, menos la coherencia.
¡Rabia!
Como atenuante de la destreza.
Valor, como amante del dolor.
Y la impotencia...que simplemente está ahí.
¿Qué se supone que debes hacer cuando caen los esquemas de tu vida, Cuando solo piensas en esas copas de más, Cuando quieres rendirte y no encuentras la salida? Lo llego a saber y me quedo en la placenta.
Lo único que hago es dejar la vida pasar, ver pasar trenes ante mí y culparme de todo.
Quizás vaya siendo hora de coger bien fuerte las riendas de mi vida y cabalgar en busca de nuevas posibilidades que puedan sacarme una enorme sonrisa, verdadera. Yo solo quiero vivir la vida no lucharla.
Quiero aprender a ser feliz.

-Lady Cherry, siempre fuerte.