domingo, 19 de junio de 2011

Obstáculos

Voy caminando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras.
En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo.
Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.
Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad.
Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo que aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.
Al poco de empezar a andar, el sendero se hace cuesta arriba.
Me canso un poco, pero no importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja impide mi paso..
Temo...Dudo...
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.
De todas maneras, decido saltar la zanja.
Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad; el camino parece despejado.

Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo.
Es imposible saltarlo.
Veo que a un lado hay maderas, clavos y herramientas.
Me doy cuenta de que están allí para construir un puente.
Nunca he sido hábil con mis manos...
...pienso en renunciar.
Miro la meta que deseo...y resisto.
Empiezo a construir el puente.
Pasan horas, días, meses.
El puente está hecho.
Emocionada, lo cruzo
y al llegar al otro lado...descubro el muro.
Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatida...
Busco la manera de esquivarlo.
No hay forma.
Debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca...
No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar.
Descanso unos minutos y tomo aire...

De pronto veo,
a un lado del camino,
a una niña que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad.
Me recuerda a mí misma...cuando era niña.
Quizá por eso me atrevo a expresar en voz alta mi queja.

-¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

La niña se encoge de hombros y me contesta.


-¿Por qué me lo preguntas a mí?

Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras...


Los obstáculos los trajiste tú.


(Una de JB......)

jueves, 2 de junio de 2011

¿Quién ata al viento?

Soy veneno puro.
Corta todo tipo de correspondencia conmigo.
Soy una desequilibrada, y es más probable que esté obsesionada.
Tienes que alejarte cuanto antes de mí, sinó, no te dejaré vivir.
Si un día coincidimos, no me des conversación, ni media palabra.
Cualquier cosa que me digas la interpretaré como algo personal.
Si me dices que hace buen tiempo, interpretaré que estás contento de verme.
Si me mandas a la mierda, pensaré que es una estrategia para que te siga más.
En fin, corta conmigo de raíz. No me des juego porque me gusta.

Tampoco te creas que me tienes amarrada.
¿Quién ata al viento?
Creía yo, que en ésta gran obra que es la vida, el "Deus ex machina" había pasado de moda.
Hasta que lo encontré a ÉL. Hasta que descendió hasta el escenario a rescatarme,
sostenido por alambres y plumas de ángel decadente.

-¿Sabes cuál cree la gente que es el antónimo de "éxito"?
-Anonimato.

Gracias Valérie Tasso por ayudarme tanto.