martes, 14 de enero de 2014

La pérdida de tiempo y algo más…



Me estás echando de tu vida y perdiendo el derecho a echarme de menos porque ¿sabes?, los derechos no se adquieren simplemente por haber nacido, no son innatos, uno debe demostrar que merece ese derecho, que es digno de él. 

Quizás el hombre deba aprender que a veces es mejor el dolor, que la ansiedad que crea una situación difícil. A veces, es mejor dejar que pase el tiempo –sin más-, y descubrir una mañana que ya no necesitas a según qué personas; no tanto, no mucho, no poco... 

Podrás darte cuenta de que te has fallado a ti (sin tilde) mismo, que te has ignorado y que sabías, en lo más profundo de tu ser, que acabarías haciéndote daño, sí, tú mismo. Podrás ver cómo te has cargado el esfuerzo que durante años has realizado con más fuerza que nunca, ansiando algo, más que a tu vida. 

Pero eso no te convertía en preso de algo o de alguien, no, eso a ti te daba alas, aire, esa libertad de la cual eras digno. Y es que, no nos damos cuenta hasta que no pasa el tiempo y tropezamos, una y otra vez.

Tendrás 30 años y verás que tu vida carece de sentido, que lo que te ilusionaba entonces, no te llena y que la política, sigue dejándote incompleto, aunque sea parte de ti.


Pero un día sin más despiertas y descubres que estás bien, que no les necesitas. O eso crees…


Hoy por hoy, yo siento rabia, odio… Pero no os desmadréis, es contra mí misma. Es por haber dejado que me robaran la dignidad, por pertenecer a alguien y regalar mi puta libertad… Me odio. Tanto, como amo a esa libertad que tenía, y la echo de menos... Sobre todo porque venía acompañada.

No se trata de heteronomía, sino de la inmensidad del amor. Es una pena confundir eso, más aún cuando la persona que ama sintiendo esa inmensidad, también ama con la misma intensidad a la libertad, absurdo. ¿Verdad? Pues el amor, al igual que la libertad, tampoco tiene límites. Uno mismo es quien se los impone, o la vida, como dijo Benedetti. 

Uno necesita sentirse querido, no saberse querido. Por eso cuidado, no dejéis que os roben la vida, no améis a las palabras huecas. Amad a los actos, a las personas que aman en desmesura, a los incomprendidos, a los no correspondidos… Para que a nadie nos roben.

Si no dejáis pensar al corazón, moriréis. Y aunque no sea comparable, duele más la pérdida de alguien que ha muerto en vida y no hay nada que hacer. 


No cambiéis lo que más queréis en la vida por lo que más deseáis en ese momento porque los momentos pasan pero la vida sigue, aunque muera en vida mucha gente por el camino.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Utopía eres tú

Hoy el recuerdo me agota, se encierra en mí y me ahoga. Necesito el aire de sus suspiros, tristes también por la despedida del hogar y por los instantes en los que nuestros pies entrelazados, bajo sábanas blancas, en una mañana cualquiera, eran los protagonistas.

Añoro el sentimiento de aquellos segundos... Aquellos niños que jugaban a ser mayores, creciendo juntos, pero sin dejar de ser adultos. Adultos con ideas utópicas de libertad y amor.

Será que no supimos llevarlas a cabo? Será que eso rompió la unión mas fuerte que el mundo podía ver? Será que tus ojos no supieron ver el amor de los míos, más que de nuevo, el propio reflejo de los tuyos? Será que pasamos los límites de nuestra libertad individual? Será que somos el puzzle que no encaja?

Qué utópico es pensar que algo así puede morir, así como así...

sábado, 7 de diciembre de 2013

Hace tiempo que no escribo...

... Quizás porque mi vida seguía equilibrada, o eso creía.
Tengo muchas cosas que decirle y sin embargo no hay nada de qué hablar.

Para mí, verte sonreír era como apagar el mundo y encontrar el sol en tu sonrisa, sin embargo creo que se ha apagado el mundo, y el sol se ha debido quedar en los ojos de otra persona.
Llegué a creer que el problema era el amor, pero aprendí una vez que el problema son las personas… aquéllas que como tú, no luchan por lo que aman.
Sé que no soy perfecta, pero por cada error que cometo una nueva experiencia obtengo. Lloraré hasta darme cuenta que no sirve para nada. Soñaré hasta darme cuenta que vivo en una fantasía, y entonces despertaré. Puta pesadilla... Agarraré bien fuerte a todos y cada uno de mis errores y los lanzaré al viento para que desaparezcan. Empezaré de nuevo y ganaré esta batalla contra el sufrimiento. Sonreiré a todo el mundo y dejaré que se pregunten el porqué. Viviré mi historia, una nueva, y al final, cuando todo esté a punto de terminar, me sentiré satisfecha al poder saber que he hecho de mi vida una historia que siempre será eterna.

Pero ahora, ahora... estoy en otro punto.
Un punto en el cual siento que la ilusión se ha podrido pero la esperanza sigue en su tortura. Siempre va a volver a ser lo mismo, ¿para qué creer en alguien si has luchado hasta el final?
Los sueños y las pesadillas hablan por sí solas y yo solo puedo arder en impotencia y dejar que mi cuerpo se deshidrate.

Ojalá estuviera en el punto en el cual ya no me ahogara la vida y pudiera respirar entre este mar de lágrimas. He regresado como Benedetti tras La tregua: cansada, aturdida, fastidiada, aburrida. Aunque hay otra palabra más certera: regresé sola. Ese viaje no sirvió de nada más que para abrir la herida y volver a infectarla... Llegué a desearte de cualquier forma, aún siendo yo tu putada y teniendo tú, tus putas. Llegué a odiarme pensando que era mi culpa. Llegué a querer no ser nada, porque mis "amigas" me decían que nada es para siempre. Y yo quería ser ese puto siempre para ti.

Dicen que hay que tocar fondo para poder resurgir y tocar la herida para así, sanarla. Pero a mí eso no me ha funcionado. Sigo aquí, lejos, en una cama fría, sola, con la cara llena de lágrimas, escuchando a Einaudi, vacía y con el pecho en llamas. Me siento como un zombie que se deja llevar sin más, como si fuera yo quien murió y no la persona a la que amo, viviendo sin vivir.

No quiero ser tu amiga, nunca lo seremos, pero tampoco enemigos. Supongo que solo seremos dos extraños más con recuerdos en común. 
Irónico, pensé en muchos viajes más, como si eso fuera siempre la solución a todo. Como si aislarte del mundo conmigo fuera a hacerte cambiar de parecer.
Organicé un viaje sorpresa que nunca se realizó, pero de nada hubiera servido de todos modos, porque nada tuyo era sincero. Solamente, recuerda esas letras, esas lágrimas, el mensaje de esa carta (y lo que dentro llevaba), pues era mi último adiós de modo inconsciente, porque en el fondo, lo sabía.
Hacía tiempo que dejé de creer. Y es un problema... porque una gran amiga dice que el amor llega hasta donde termina la esperanza... y parece que así es.
Aún me tortura, pero no pienso permitirlo mucho tiempo más.

Por cada caricia, cada beso que robas -y no me refiero precisamente a los míos- muere un pedazo de mi alma y de mi ser... Pero me las arreglaré, aun con lágrimas en la cara, para decir que estoy bien.
Y tú nunca lo sabrás.

Un día me vas a echar de menos. Un día ocurrirá por haber sabido quedarte en mi vida sin más y optar por llegar, desordenármela e irte, me perderás. Me has perdido. Llegará el día que extrañes todos mis mensajes, mis llamadas, mis bromas, mi sonrisa, mis preocupaciones e incluso mis enfados tontos... Echarás de menos notar que no estás solo, que me tienes ahí. Te darás cuenta de que no es que fuera perfecta pero que soy diferente a las demás y será ese momento en el que te arrepentirás de haberme llenado de dudas y no de besos. Te darás cuenta que no supiste cuidarme, y verás con tus ojos como otros no serán tan tontos de no hacerlo, verás como otros ven en mí lo que tu viste un día, verás como me valoran, como me hacen reír y lo que darían por tenerme a su lado. Un día cuando estés realmente listo para dar el paso, me mirarás a la cara y verás que sigo siendo esa niña bonita en la que te fijaste ese primer día en Barcelona. Yo te sonreiré como siempre pero una parte de mí ya no será la misma, habrá cambiado. Y ojalá el día que te des cuenta de todo esto y me puedas mirar a la cara sin miedo para decirme “te quiero” (uno real) no sea el mismo en que te diga “te quise”.

Yo puedo decir con la conciencia muy tranquila que lo he intentado todo y que he luchado hasta el final, aunque la impotencia anude en mi garganta y me impida avanzar, aunque la imposible esperanza siga torturándome y matándome cada día un poco más. Has sido un cobarde... y lo siento mucho por ti. Siento que nunca, jamás, hayas terminado nada de lo que empezaras excepto esto. Siento que nunca tuvieras valor para llevar a cabo tus sueños, conmigo. Siento el día que sientas esta pérdida, como la siento yo hoy, pues es de las peores muertes que se pueden sufrir.

Allá donde estés, corazón, donde tu sombra me mire mientras tu mente me ignore, sepas, que lo que un día unimos ni Dios lo separará, pero puede morir.
Aún me quedan palabras, de esas que ya sobran, para describir lo que siento.
Palabras que salen de mí más rápido de lo que pueda pensarlas.

Casi creía tocar el cielo, hasta que me percaté que era el del infierno.
No soporto no saber de ti, no leer de ti, no oírte, no verte... Y por eso sé que esto será bueno.
En el fondo es lo que tu querías, así que tampoco queda más remedio. Desapareceré para ti como la vida para mí. Desapareceré...








Listening to: Song for Sienna-Brian Crain







domingo, 9 de junio de 2013

En silencio.


Se sentía encerrado, enjaulado, cual pájaro al que le niegan la libertad.
Juraba no poder respirar y asfixiarse entre las barreras del amor eterno.
Amor que nunca pudo entender como libre.

Quiso batir sus alas para cambiar el mundo, sin darse cuenta de que fuera de la jaula, el mundo seguía siendo igual.
Aún más asfixiante por las sombras de la soledad.
Se percató de que tras esos barrotes seguía siendo el mismo con la misma libertad, pero con más frío, con un corazón sin expresión...

Los colores de su plumaje se tornaron grises y su voz perdió la melodía. Nada tenía sentido.
Quiso gritar, pero ya no había nadie para oírlo, pues ya no podía volver a esa jaula, cerrada para siempre bajo llave.

Sus dudas resultaron ser destructivas y traicioneras... Hicieron perder el bien que podría haber ganado si no hubiera temido buscarlo.

Libertad, como el aire para "respirar".



Ten valor para leer mis heridas del escrito anterior, de la tinta que incluso a mí me apuñala.
Te aseguro, que no hay maquillaje capaz de ocultar esas heridas aún abiertas, las de mi corazón.
Fuimos dos locos, que se amaron como suicidas.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Mi almohada, la única sabe el por qué de cada lágrima.

Noche tras noche... no se disipan las pesadillas. Y vuelve a ocurrir, esa opresión en el pecho que no te deja respirar, esa ansiedad que logra controlar los movimientos de tu cuerpo. Esa soledad...
¿Cómo explicar que se encontraba cerrado bajo llave, en Venecia -ciudad mágica-, y qué sin embargo ahora el óxido del rencor ha logrado abrirlo sin siquiera necesidad de llave?
Cómo volver a ser quienes éramos... Desde luego, no volviendo a ser juntos. Porque él murió y ya no podría volver a ser. Aligual que yo, muerta en vida, dudosa de si algún día podré volver a ser.
Se trata de una muerte ambigua... Veréis: tu cuerpo sigue vivo y presente, pero tu espíritu y tu razón han muerto, te encuentras ausente, indiferente ante cualquier situación.
No necesito consuelos, ni lecciones de cómo volver a ser...
Solo enfrentarme a mi eterno enemigo, el tiempo, pues parece ayudarte cuando todo va mal.





De tal modo, y sin razones, sigo sin entender la situación. No encuentro respuestas ni soluciones posibles a tal ecuación. Ni siquiera sé qué orden seguirán las múltiples excusas que más tarde vendrán.
Y mientras sigo su ejemplo, actuando como lo que siempre he criticado, procuro ahogar rencor, odio, rabia y dolor en burbujas de alcohol, y de paso, obligarme a mí misma a asumir que no era el único pilar fundamental en mi vida. Que no era el motivo por el cual sigo despertando todas las mañanas aún sin haber dormido. Igualmente, se ha derrumbado gran parte de mi vida, junto a los infinitos sueños e ilusiones que jamás volveré a imaginar. Y si solamente el que puede es el que hace daño, no voy a permitirlo más.  Y no puedo evitar odiarte, a ti y a mi memoria, por avasallarme a recuerdos.

Quisiera pensar que no soy una chica más, de las que están entre un millón. Quiero ser la de una vez en la vida porque es así como soy, como siempre lo he soñado. Pero ahora resulta que eso no lo pierdo yo, sino el que está al otro lado, lejos de mi vida.

Mirad si siento odio, que odio darte la razón y odio odiar tanto.
Odio que por mi mente ronden todo el día imágenes de aquella noche, realmente la última. Tú, yo, alcohol, sexo... y un portal a las 3 de la madrugada. Nada más importaba.
Pero tu no compartías mis ideas, eso es lo complicado de asumir.

Ambrosía qué linda palabra.

Me sentí cual gusano arrastrándose por conseguir salvar su vida... y me percaté que la perdí junto a mi dignidad cuando decidí humillarme. Qué decepción tan asfixiante. Pues resulta que el mejor consejo te lo puedes dar tu mismo aceptando las cosas tal y como son y no como quieres que sean porque la realidad no se puede ver desde otros ojos que no sean los tuyos.. Aunque duela.

La mente juega malas pasadas, entre otros, y no puedo evitar torturarme pensando en que la solución está muy clara... pero nunca la quise ver. Es la nueva XX que sustituye a la anterior XX.
Todo son trazos de desesperación aquí y allá, desordenados, como mis sentimientos, notas directas del corazón, como suelo escribir.
Pero es inevitable... En todas mis pesadillas veo tu sonrisa, tu cara, tus manos... y las suyas... tengo miedo de desear algo que luego pueda cumplirse, pero más miedo me da la realidad. Tengo miedo de no haber sido yo la que provoca tu sonrisa. Tengo tanto miedo...

Hace frío, y lo produce tu ausencia... hasta calar mis huesos. Hablando de frío... ¿Qué hay más torturador que esto? 

"Abrazado a ti esta noche de mayo,
observando el frío aire que exhalas
mientras respiro la nada a tu lado.
Vuelo, soledad, vuelo sin alas."

Nada, y ¿sabéis por qué?
Porque nunca termina de matar la desnuda esperanza que queda y si hay alguien que pueda matar la esperanza, es él. Nadie más. Y necesito que sea ya y un corte limpio, de raíz -aunque ya, bastante avanzada-. 
Cada una de esas letras representan Hastillas que ahondan aquí, en la parte izquierda de mi cuerpo, y ya no sé cómo disimularlo. Me supera... Todo... Es...
Qué futuro más incierto presiento ahora mismo. No aprendo de los errores y lo peor es que la historia se repetirá. Alguien me dijo un día que todo lo que hiciera en la vida podría ser insignificante, pero a la vez, sería muy importante que lo hiciera, porque nadie más lo haría por mí.

Y ya lo sé, es una mierda de escrito, pero me importa bien poco porque lo estoy haciendo forzada para no terminar aferrándome a las locuras. Vivo en una constante e inestable línea de amor-odio y solo ahora, me doy cuenta de lo bien que se estaba viviendo en el lado del amor, el que siempre he querido en mi vida.

Procuro pensar que si pretende hundirme como al Titanic, yo seré el puto iceberg que le hunda con mi sonrisa. Pero... ¿Cómo sonreír así?










Vacío.


Quema.

Arde.


Ahora que alguien me explique por qué sonrío, si lo he perdido todo. Quizás sea consciente de que mi única esperanza radica en mi desesperación, o no.

No hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas… Mucho antes… Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo. Ya nunca podría ser, ya nunca sería lo mismo.
No logro entender cómo estas palabras son capaces de hacer tanto daño, se me atragantan.

Tan cerca y a la vez tan lejos... Quisimos acercarnos y conseguimos lo contrario.
Odio alimentarme todo este tiempo de más lágrimas, de ilógica, de rabia, de dolor, de soledad, de nada.
Millones de fotos compiladas en mi mente.... millones de escritos directos del corazón.
La misma frase, que arde en mi pecho y dejará cicatriz: Verba volant, scripta manent.
Nunca podré olvidarlo.

Ahora la habitación es un vacío de fotos escondidas y maletas esperando a ser llenadas, para irse.
De polaroids rotas, de fotos odiadas por la hipocresía del momento, de botellas vacías y rotas, de poemas que no valen nada y pinta labios marcado con todavía más, odio.

"- Todos amamos una vez, o varias, y un día deja de ocurrir, eso es todo.
- ¿Así de fácil?
- No, así de difícil"
-Alatriste-


No sé cómo describir nada de lo que siento. Siento que mis ojos brillan porque te imaginan, pero están ciegos por no verte. Aunque sea la decisión más acertada para apartarme de tu camino.


" - No llores.
- Tengo que llorar Capitán. La traición es una mancha que nunca envejece. Judas se ahorcó pero yo no tengo tanto valor. Por eso lloro"


Y no hay nada más cierto y más real. Abandono mi cuerpo al abandono, pero tirita por no poder tocarte. Solamente tú podrías calmar esta ansiedad, solamente tú sabías cómo hacerlo.
Nunca podrían entenderlo. Tengo el alma repleta de arañazos por quererte y las espinas que acompañan a las rosas de mi tatuaje, pinchan.
No te atrevas a decirme rubia, no te atrevas a un te quiero, no te atrevas a mirarme, no te atrevas a volver a enamorarme, no te atrevas a decir que fue un sueño, no te atrevas a decir que fue...
Porque me quedaré anclada en el pasado, gris, como una fotografía Abyn Ludd en blanco y negro.



Así es... Le temps detruit tout.



Quizás necesite perderme un tiempo para encontrarme a mí misma... Voy largarme y mandarlo todo a tomar por culo. Una mochila con 4 trastos, un par de libros y a descubrir mundo, sola. No son palabras en vano, creedme. Hablo con los billetes de avión en la mano. Y de este modo podré volver a cuidar del presente... Que realmente es donde siempre voy a vivir.
Prometo centrarme en mí misma y volver a pensar que siempre que algo termina, algo nuevo comienza. O al menos, eso creo. Y por ello, en la vida real no existen los finales felices, ni los tristes; solo existen los nuevos comienzos...

Por ahora ando buscando un nuevo nidito para este año que viene (lo cual me acojona y a la vez ilusiona) donde mis pájaros, mi libertad y yo podamos aposentarnos.Un nido que no se cimente sobre mil mentiras, que no pueda derrumbarse porque solo depende de mí, mi espacio.


Me doy cuenta de que esta es la única vía abierta entre ambos y me da... Que pronto dejará de serlo. Tengo que cerrar del todo y bajo llave esta puerta que no conduce a ningún lugar más que al camino de la amargura, y soñar de nuevo, con que pueda abrirse un enorme ventanal y por qué no, con vistas al mar... Maldita esperanza, también la odio.


Realmente es mi almohada la única que conoce la historia y el por qué de cada lágrima, de cada sueño o cada pesadilla.
Y de nuevo, el tema del blog... A esta poeta le encanta dormir mojada por sus lágrimas. Comerse las lágrimas y el odio. ¿A quién puede gustarle semejante dolor? Seguro que los masoquistas huyen.



"Mi niña, linda espiga de trigo,
de fácil quiebra aparente;
en el campo de girasoles, como si gente;
tu dorado natural atrae hacia ti mi camino. "


Me preguntó si también quedará algo del (AM) arte Abyn Ludd.
Y me preguntó si aún me queda mucho más por llorar... Aunque si hay que hacerlo qué mejor que hacerlo bajo la lluvia, para así no poder seguir el camino de las lágrimas y sentirme arropada, aunque sea por un manto de agua.





Limón y sal para las heridas, otra vez.
Solo una historia más...
Y supongo que tendré que conformarme con los recuerdos.





viernes, 17 de mayo de 2013

martes, 14 de mayo de 2013

Noche a noche


Una noche no dormí y me di cuenta de que nunca viviría en esa ciudad, como un niño al que le han convencido de que mancharse de barro no está bien.

Recordé, y toda la vida empezó a carecer de sentimientos. Ya no tenía sentido antes, por eso se usa siempre el pasado para decirlo, aunque lo hagamos en presente. 

Cada vez que me despierto, alguien dice; buenas tardes. Y sé que he vuelto a llegar demasiado impuntual al día a día que nunca tendré. Impuntualidad también es llegar pronto, impuntualidad es no llegar en el momento. La impuntualidad y la soledad son exactamente lo mismo; sitios vacíos en los que esperas que haya alguien esperando.

A veces fantaseo con ciudades de tráfico vacías, que deambulo cuesta abajo, sola. Bajo la atenta mirada de alguien que no está en dicha ciudad. 

Y descarto llamarte mi vida, porque tú vales mucho más que este desastre. Desciendo la avenida que me invento, desnuda,  y suena una canción mientras yo imagino un funeral. 

Asumo que me muero. Y descarto llamarte, mi vida. 

Elegimos los invitados de nuestras bodas, pero son ellos los que eligen estar o no en tu entierro.  Me muero de pena, no necesito más pruebas. No me pasa nada.

Nos hace tanta falta el amor que, cada vez que follamos, lo hacemos; por si el hambre o las ganas de comer un domingo.  Sección de congelados, de muertos de frío, de sucedáneos de primera. 

Ya nunca nos despedimos si nos vemos por la calle, ya nunca pasamos a abandonar. 

Tenemos toda la vida por delante. Y el futuro es un ejército armado mirándonos de frente.

He contado todas mis historias: 17.893. 

Finales felices: 0
Finales: 0
Felices: 0

Imagínate el número de víctimas por metro cerrado los sábados de invierno, no quiero vivir.

No tengo heridas abiertas; son puertas mal cerradas, en las paredes de mi cabeza. Cómo no me van a doler los portazos, todo este viento de palabras en una jaula con paredes lisas.

Sólo la gente que tiene un botiquín, dentro de un costurero, me puede hablar del dolor. Que nadie vuelva a hablarme de cicatrices si no ha tenido que quitarse un cuchillo de sus propias manos. Si no ha tenido que curarse, un par de veces, de sí mismo.

La distancia es necesitar volver a casa estando en casa. 
Una casa con vistas a una casa en ruinas. Una ventana con vistas a mí.

El romanticismo es una niña de tres años llamando a su madre porque se ha caído. 
No hay grito más grande, ni activación de la ayuda más rápida. 
Y así es como siento que me llamas
y así es como siento que voy

pero me despierto sin haber dormido y no he cumplido ninguna promesa, imagínate qué desconsuelo con los sueños.

En realidad, no somos de mundos tan diferentes. El problema es que somos del mismo, y es un pañuelo lleno de lágrimas. 

Llevo todo este simulacro de vida pidiendo que me comprendan.

Que me comprendan de la cabeza a los pies, como una ciudad comprende sus miles de habitantes muertos. 
Que me habiten, edificada sobre mi cementerio indio, sin mudarse a otra casa en la que las baldosas no hagan ruido. 

Supongo que es mucho pedir, que me tengo que conformar con tener. 
Bastante tengo con lo que no tendré nunca.

Desde esta habitación de persianas bajadas, donde escondo los cuerpos y los pedazos,  puedo imaginarme el paisaje y no ver la realidad. 

Los médicos llaman trastorno a cualquier ausencia y yo llamo desesperada a cualquier recuerdo que no contesta. 

Son demasiados años, te habrás dado cuenta de que no he crecido. Sigo siendo una niña interior, ojalá no se olviden de dónde me llevan.

Me ahogo en una piscina de bolas, sonrío. 

Sonrío, como aquel que puede prometerte el cielo; pero no que no llueva.
Me ha pillado una tormenta de piedras, y he vuelto a llegar a casa empapada en sangre; pero sigo contando contigo, por la teoría inútil de venir de letras.

O porque sola no sé sumar derrotas
O porque lo único que no sé restar
son importancias. 

Una noche no dormí y me di cuenta de que nunca viviría en esa ciudad. 
Como una niña a la que le han convencido de que está despierta
en mitad de una pesadilla.


Vomito flores.