miércoles, 29 de mayo de 2013

Mi almohada, la única sabe el por qué de cada lágrima.

Noche tras noche... no se disipan las pesadillas. Y vuelve a ocurrir, esa opresión en el pecho que no te deja respirar, esa ansiedad que logra controlar los movimientos de tu cuerpo. Esa soledad...
¿Cómo explicar que se encontraba cerrado bajo llave, en Venecia -ciudad mágica-, y qué sin embargo ahora el óxido del rencor ha logrado abrirlo sin siquiera necesidad de llave?
Cómo volver a ser quienes éramos... Desde luego, no volviendo a ser juntos. Porque él murió y ya no podría volver a ser. Aligual que yo, muerta en vida, dudosa de si algún día podré volver a ser.
Se trata de una muerte ambigua... Veréis: tu cuerpo sigue vivo y presente, pero tu espíritu y tu razón han muerto, te encuentras ausente, indiferente ante cualquier situación.
No necesito consuelos, ni lecciones de cómo volver a ser...
Solo enfrentarme a mi eterno enemigo, el tiempo, pues parece ayudarte cuando todo va mal.





De tal modo, y sin razones, sigo sin entender la situación. No encuentro respuestas ni soluciones posibles a tal ecuación. Ni siquiera sé qué orden seguirán las múltiples excusas que más tarde vendrán.
Y mientras sigo su ejemplo, actuando como lo que siempre he criticado, procuro ahogar rencor, odio, rabia y dolor en burbujas de alcohol, y de paso, obligarme a mí misma a asumir que no era el único pilar fundamental en mi vida. Que no era el motivo por el cual sigo despertando todas las mañanas aún sin haber dormido. Igualmente, se ha derrumbado gran parte de mi vida, junto a los infinitos sueños e ilusiones que jamás volveré a imaginar. Y si solamente el que puede es el que hace daño, no voy a permitirlo más.  Y no puedo evitar odiarte, a ti y a mi memoria, por avasallarme a recuerdos.

Quisiera pensar que no soy una chica más, de las que están entre un millón. Quiero ser la de una vez en la vida porque es así como soy, como siempre lo he soñado. Pero ahora resulta que eso no lo pierdo yo, sino el que está al otro lado, lejos de mi vida.

Mirad si siento odio, que odio darte la razón y odio odiar tanto.
Odio que por mi mente ronden todo el día imágenes de aquella noche, realmente la última. Tú, yo, alcohol, sexo... y un portal a las 3 de la madrugada. Nada más importaba.
Pero tu no compartías mis ideas, eso es lo complicado de asumir.

Ambrosía qué linda palabra.

Me sentí cual gusano arrastrándose por conseguir salvar su vida... y me percaté que la perdí junto a mi dignidad cuando decidí humillarme. Qué decepción tan asfixiante. Pues resulta que el mejor consejo te lo puedes dar tu mismo aceptando las cosas tal y como son y no como quieres que sean porque la realidad no se puede ver desde otros ojos que no sean los tuyos.. Aunque duela.

La mente juega malas pasadas, entre otros, y no puedo evitar torturarme pensando en que la solución está muy clara... pero nunca la quise ver. Es la nueva XX que sustituye a la anterior XX.
Todo son trazos de desesperación aquí y allá, desordenados, como mis sentimientos, notas directas del corazón, como suelo escribir.
Pero es inevitable... En todas mis pesadillas veo tu sonrisa, tu cara, tus manos... y las suyas... tengo miedo de desear algo que luego pueda cumplirse, pero más miedo me da la realidad. Tengo miedo de no haber sido yo la que provoca tu sonrisa. Tengo tanto miedo...

Hace frío, y lo produce tu ausencia... hasta calar mis huesos. Hablando de frío... ¿Qué hay más torturador que esto? 

"Abrazado a ti esta noche de mayo,
observando el frío aire que exhalas
mientras respiro la nada a tu lado.
Vuelo, soledad, vuelo sin alas."

Nada, y ¿sabéis por qué?
Porque nunca termina de matar la desnuda esperanza que queda y si hay alguien que pueda matar la esperanza, es él. Nadie más. Y necesito que sea ya y un corte limpio, de raíz -aunque ya, bastante avanzada-. 
Cada una de esas letras representan Hastillas que ahondan aquí, en la parte izquierda de mi cuerpo, y ya no sé cómo disimularlo. Me supera... Todo... Es...
Qué futuro más incierto presiento ahora mismo. No aprendo de los errores y lo peor es que la historia se repetirá. Alguien me dijo un día que todo lo que hiciera en la vida podría ser insignificante, pero a la vez, sería muy importante que lo hiciera, porque nadie más lo haría por mí.

Y ya lo sé, es una mierda de escrito, pero me importa bien poco porque lo estoy haciendo forzada para no terminar aferrándome a las locuras. Vivo en una constante e inestable línea de amor-odio y solo ahora, me doy cuenta de lo bien que se estaba viviendo en el lado del amor, el que siempre he querido en mi vida.

Procuro pensar que si pretende hundirme como al Titanic, yo seré el puto iceberg que le hunda con mi sonrisa. Pero... ¿Cómo sonreír así?










Vacío.


Quema.

Arde.


Ahora que alguien me explique por qué sonrío, si lo he perdido todo. Quizás sea consciente de que mi única esperanza radica en mi desesperación, o no.

No hay vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas… Mucho antes… Y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo. Ya nunca podría ser, ya nunca sería lo mismo.
No logro entender cómo estas palabras son capaces de hacer tanto daño, se me atragantan.

Tan cerca y a la vez tan lejos... Quisimos acercarnos y conseguimos lo contrario.
Odio alimentarme todo este tiempo de más lágrimas, de ilógica, de rabia, de dolor, de soledad, de nada.
Millones de fotos compiladas en mi mente.... millones de escritos directos del corazón.
La misma frase, que arde en mi pecho y dejará cicatriz: Verba volant, scripta manent.
Nunca podré olvidarlo.

Ahora la habitación es un vacío de fotos escondidas y maletas esperando a ser llenadas, para irse.
De polaroids rotas, de fotos odiadas por la hipocresía del momento, de botellas vacías y rotas, de poemas que no valen nada y pinta labios marcado con todavía más, odio.

"- Todos amamos una vez, o varias, y un día deja de ocurrir, eso es todo.
- ¿Así de fácil?
- No, así de difícil"
-Alatriste-


No sé cómo describir nada de lo que siento. Siento que mis ojos brillan porque te imaginan, pero están ciegos por no verte. Aunque sea la decisión más acertada para apartarme de tu camino.


" - No llores.
- Tengo que llorar Capitán. La traición es una mancha que nunca envejece. Judas se ahorcó pero yo no tengo tanto valor. Por eso lloro"


Y no hay nada más cierto y más real. Abandono mi cuerpo al abandono, pero tirita por no poder tocarte. Solamente tú podrías calmar esta ansiedad, solamente tú sabías cómo hacerlo.
Nunca podrían entenderlo. Tengo el alma repleta de arañazos por quererte y las espinas que acompañan a las rosas de mi tatuaje, pinchan.
No te atrevas a decirme rubia, no te atrevas a un te quiero, no te atrevas a mirarme, no te atrevas a volver a enamorarme, no te atrevas a decir que fue un sueño, no te atrevas a decir que fue...
Porque me quedaré anclada en el pasado, gris, como una fotografía Abyn Ludd en blanco y negro.



Así es... Le temps detruit tout.



Quizás necesite perderme un tiempo para encontrarme a mí misma... Voy largarme y mandarlo todo a tomar por culo. Una mochila con 4 trastos, un par de libros y a descubrir mundo, sola. No son palabras en vano, creedme. Hablo con los billetes de avión en la mano. Y de este modo podré volver a cuidar del presente... Que realmente es donde siempre voy a vivir.
Prometo centrarme en mí misma y volver a pensar que siempre que algo termina, algo nuevo comienza. O al menos, eso creo. Y por ello, en la vida real no existen los finales felices, ni los tristes; solo existen los nuevos comienzos...

Por ahora ando buscando un nuevo nidito para este año que viene (lo cual me acojona y a la vez ilusiona) donde mis pájaros, mi libertad y yo podamos aposentarnos.Un nido que no se cimente sobre mil mentiras, que no pueda derrumbarse porque solo depende de mí, mi espacio.


Me doy cuenta de que esta es la única vía abierta entre ambos y me da... Que pronto dejará de serlo. Tengo que cerrar del todo y bajo llave esta puerta que no conduce a ningún lugar más que al camino de la amargura, y soñar de nuevo, con que pueda abrirse un enorme ventanal y por qué no, con vistas al mar... Maldita esperanza, también la odio.


Realmente es mi almohada la única que conoce la historia y el por qué de cada lágrima, de cada sueño o cada pesadilla.
Y de nuevo, el tema del blog... A esta poeta le encanta dormir mojada por sus lágrimas. Comerse las lágrimas y el odio. ¿A quién puede gustarle semejante dolor? Seguro que los masoquistas huyen.



"Mi niña, linda espiga de trigo,
de fácil quiebra aparente;
en el campo de girasoles, como si gente;
tu dorado natural atrae hacia ti mi camino. "


Me preguntó si también quedará algo del (AM) arte Abyn Ludd.
Y me preguntó si aún me queda mucho más por llorar... Aunque si hay que hacerlo qué mejor que hacerlo bajo la lluvia, para así no poder seguir el camino de las lágrimas y sentirme arropada, aunque sea por un manto de agua.





Limón y sal para las heridas, otra vez.
Solo una historia más...
Y supongo que tendré que conformarme con los recuerdos.





viernes, 17 de mayo de 2013

martes, 14 de mayo de 2013

Noche a noche


Una noche no dormí y me di cuenta de que nunca viviría en esa ciudad, como un niño al que le han convencido de que mancharse de barro no está bien.

Recordé, y toda la vida empezó a carecer de sentimientos. Ya no tenía sentido antes, por eso se usa siempre el pasado para decirlo, aunque lo hagamos en presente. 

Cada vez que me despierto, alguien dice; buenas tardes. Y sé que he vuelto a llegar demasiado impuntual al día a día que nunca tendré. Impuntualidad también es llegar pronto, impuntualidad es no llegar en el momento. La impuntualidad y la soledad son exactamente lo mismo; sitios vacíos en los que esperas que haya alguien esperando.

A veces fantaseo con ciudades de tráfico vacías, que deambulo cuesta abajo, sola. Bajo la atenta mirada de alguien que no está en dicha ciudad. 

Y descarto llamarte mi vida, porque tú vales mucho más que este desastre. Desciendo la avenida que me invento, desnuda,  y suena una canción mientras yo imagino un funeral. 

Asumo que me muero. Y descarto llamarte, mi vida. 

Elegimos los invitados de nuestras bodas, pero son ellos los que eligen estar o no en tu entierro.  Me muero de pena, no necesito más pruebas. No me pasa nada.

Nos hace tanta falta el amor que, cada vez que follamos, lo hacemos; por si el hambre o las ganas de comer un domingo.  Sección de congelados, de muertos de frío, de sucedáneos de primera. 

Ya nunca nos despedimos si nos vemos por la calle, ya nunca pasamos a abandonar. 

Tenemos toda la vida por delante. Y el futuro es un ejército armado mirándonos de frente.

He contado todas mis historias: 17.893. 

Finales felices: 0
Finales: 0
Felices: 0

Imagínate el número de víctimas por metro cerrado los sábados de invierno, no quiero vivir.

No tengo heridas abiertas; son puertas mal cerradas, en las paredes de mi cabeza. Cómo no me van a doler los portazos, todo este viento de palabras en una jaula con paredes lisas.

Sólo la gente que tiene un botiquín, dentro de un costurero, me puede hablar del dolor. Que nadie vuelva a hablarme de cicatrices si no ha tenido que quitarse un cuchillo de sus propias manos. Si no ha tenido que curarse, un par de veces, de sí mismo.

La distancia es necesitar volver a casa estando en casa. 
Una casa con vistas a una casa en ruinas. Una ventana con vistas a mí.

El romanticismo es una niña de tres años llamando a su madre porque se ha caído. 
No hay grito más grande, ni activación de la ayuda más rápida. 
Y así es como siento que me llamas
y así es como siento que voy

pero me despierto sin haber dormido y no he cumplido ninguna promesa, imagínate qué desconsuelo con los sueños.

En realidad, no somos de mundos tan diferentes. El problema es que somos del mismo, y es un pañuelo lleno de lágrimas. 

Llevo todo este simulacro de vida pidiendo que me comprendan.

Que me comprendan de la cabeza a los pies, como una ciudad comprende sus miles de habitantes muertos. 
Que me habiten, edificada sobre mi cementerio indio, sin mudarse a otra casa en la que las baldosas no hagan ruido. 

Supongo que es mucho pedir, que me tengo que conformar con tener. 
Bastante tengo con lo que no tendré nunca.

Desde esta habitación de persianas bajadas, donde escondo los cuerpos y los pedazos,  puedo imaginarme el paisaje y no ver la realidad. 

Los médicos llaman trastorno a cualquier ausencia y yo llamo desesperada a cualquier recuerdo que no contesta. 

Son demasiados años, te habrás dado cuenta de que no he crecido. Sigo siendo una niña interior, ojalá no se olviden de dónde me llevan.

Me ahogo en una piscina de bolas, sonrío. 

Sonrío, como aquel que puede prometerte el cielo; pero no que no llueva.
Me ha pillado una tormenta de piedras, y he vuelto a llegar a casa empapada en sangre; pero sigo contando contigo, por la teoría inútil de venir de letras.

O porque sola no sé sumar derrotas
O porque lo único que no sé restar
son importancias. 

Una noche no dormí y me di cuenta de que nunca viviría en esa ciudad. 
Como una niña a la que le han convencido de que está despierta
en mitad de una pesadilla.


Vomito flores.